miércoles, 26 de agosto de 2015

Madness Capítulo 7



       ¿Eso es todo? ¿Ya está bien?— preguntó Gladis al pastor.
       No , aun no. Cuando estábamos tratando de ayudarla había algo que quería salir de ella.
       ¿No era esa la intención?
       Me refiero a que había algo mas queriendo salir de ella, desde su vientre, como si hubiese allí un niño expulsado por la fuerza. Por eso me detuve cuando se desmayo. No lo vieron porque tenían los ojos cerrados.
       Yo lo vi— Dijo Yulie que había estado escuchando la conversación desde una distancia prudente.
       No debiste abrir los ojos hija.
       ¿Y ahora que hacemos?— le preguntó Gladis.
       Nosotros seguiremos orando mientras ustedes descansan, para expulsar al demonio ella debe vomitar, solo en ese momento se terminará todo.
       ¿Podemos viajar con ella?
       Por hoy preferiríamos que se queden acá en la iglesia, mañana en  la mañana podrán irse.
       Muchas gracias por todo.
       Siempre para servir.

Esa noche Gladis se quedó con Tita junto con una de las tías de Daniel, mientras que Yulie volvió a casa. Al día siguiente realizarían un viaje de un poco más de una hora hasta esta ciudad, hasta casa de Yulie, mi casa, nuestra casa.

Esa noche Tita despertó muchas veces, un poco ida, como perdida, con náuseas, se levantaba, iba al baño, pero no vomitaba. Nunca lo hizo realmente. Esa noche yo hable con el Padre Alex, le conté la situación, de principio a fin, pero se necesitan ciertos requisitos para hacer un exorcismo. Me recomendó que hablara con Monseñor Jorge Bohorquez, reconocido por haber realizado numerosos exorcismos en varias ciudades ya que contaba con el permiso para hacerlo. Debía ir a la iglesia Santísimo Sacramento, pero no sabia donde quedaba, así que me acompañaría tía Elena. Solo quedaba esperar que amaneciera y fuera sábado.

lunes, 24 de agosto de 2015

Madness Capítulo 6



         Para cuando Julie mi hermana llego a la casa de Teresa consiguió a Daniel el esposo de Gladis conversando con Carlos en el patio de la casa, y al entrar a la mamá y a las tías de Daniel junto a Gladis y Teresa tratando de hablar con Tita. Las tías de Daniel son cristianas evangélicas, así que querían llevarla a una iglesia de su religión, pero no estaba en el pueblo sino en la ciudad más cercana. Sin embargo eso no era lo que le decían a Tita, solo le pedían con mucha calma que se arreglara para irse sin decirle a donde iban.

         Julie entro al cuarto para tratar de ayudarlas, mientras Julie hablaba Tita doblaba ropa, la metía en una maleta, la sacaba, la desdoblaba y reiniciaba el ciclo, de vez en cuando se pasaba ambas manos por el pelo mientras sollozaba, y cuando le decían o preguntaban algo respondía con una voz suya pero molesta.

       Tita ¿Qué haces?
       ¡La maleta!¡¿ no ves?! Debe ser que eres ciega.—Adiós a la poca paciencia de Julie
       ¡Tienes rato en esa mierda!¡Termina de una vez que nos tenemos que ir!
       ¡Yo no quiero ir para tu casa!— Hasta ese momento nadie había sugerido eso o siquiera lo había pensado, excepto yo que me encontraba hablando con un sacerdote, pero ella no sabia eso, ¿o si?
       Nadie ha dicho que nos vamos a mi casa.
       Se que me quieren llevar para allá. Voy a arreglar la ropa, así que déjame en paz.
       ¡COÑOOOO! ¿Qué tanto de vas a llevar nojoda? ¿esto es lo que te vas a llevar?— Tomó toda la ropa que tita tenía rato doblando y desdoblando y de un solo movimiento la metió a la maleta y la cerro.— Ahora si, nos vamos.
        ¿Y es que me llevas obligada?
       ¡Tu necesitas ayuda!¡Tu no estas bien! Y si es obligada que te tengo que llevar obligada te llevo.

El resto de las mujeres que habían quedado en silencio en la discusión sin mediar palabra se pusieron en marcha, encabezadas por Julie quien llevaba de la mano a Tita, y en la otra sostenía la maleta por el cierre de la cual se escapan algunos pedazos de ropa. La trasladaron a la iglesia a la que suelen asistir las tías de Daniel, solo Teresa y Carlos se quedaron.

Al llegar las recibieron un grupo numeroso de hombres y mujeres, las condujeron a un cuarto amplio, donde tenían sillas alrededor de un círculo prácticamente perfecto y las personas que se encargaban de este tipo de casos pusieron manos a la obra. Luego de colocar a Tita en el centro y que tanto la familia como los pastores tomaran asiento, ella se desmayo y quedo tendida en el piso mientras el resto oraba, dirigidos por un hombre robusto ya entrado un poco en años que hablaba con la calma y la sabiduría del paso de los años.

       ¿Cómo se llama ella?
       Le decimos Tita— respondió Gladis
       No, sobrenombres no, su nombre verdadero.
       Sale, Sale Martina.
       Por  favor tómense de las manos y cierren sus ojos, es importante que los mantengan así, pues de lo contrario el demonio que esta en ella podría entrar en cualquiera de ustedes.— Todos menos Julie obedecieron.— Por el poder de Cristo nuestro señor y salvador, te pedimos a ti Señor que liberes a Sale Martina, ella cree en ti Señor, ella es fiel a tu palabra.

Daniel temblaba de miedo, Julie podía sentirlo en la mano que le sostenía, estaba a punto de llorar, mientras los demás a pesar del temor se sostenían con fuerza, como en busca de un refugio en la persona que estaba al lado. El pastor se agacho, tocó la cara de Tita mientras oraba por ella, luego le dirigió la palabra.


       Te ordeno que abandones a Sale.— La tita con la que Carlos converso había vuelto, ahora con rasgos mas exagerados, como si hombre de facciones gruesas se hubiese fusionado con ella, las venas negras se marcaban en la piel como si estuvieran por estallar, y los ojos delataban un vacio, como si su cuerpo fuera simplemente un recipiente. El pastor la sostenía mientras ella hacia movimientos que si no fuera por que estaba viéndolo a el y hablándole pasarían por un ataque epiléptico.
       ¿ESO ES LO MEJOR QUE TIENE?
       ¡¿Quién eres?!
       ¡VIVO EGO INFERNUUUUUUM!
       En el nombre de Cristo de ordeno que me digas:¡¿Quién eres?!
       PESSIMUN SOMNUN TUUM EGO DEMONIUM EGO FATIS
       ¡¿ Cuál es tu nombreee?!
       LUCIIIIFEEEEEEEEEEEEEEEER
       ¿Cuánto tiempo tienes en ese cuerpo?
       AÑOOOOOS.
       ¿Qué estas haciendo allí? ¿Para qué estas allí?
       PARA DESTRUIR AL PUEBLOOOO.
       ¿Qué pueblo?
       EL PUEBLO CREYEEEENTEEEEE.

Tita aventó al pastor de un empujón, y comenzó a mover se sobre manos y pies como un animal hacia Daniel mientras gritabas mas palabras en lenguas muertas, estaba lista para golpearlo cuando Julie la empujó nuevamente al centro del circuló. El pastor la atrapó, varias personas se le unieron, la redujeron al suelo nuevamente, el comenzó a hablar en lenguas también mientras esquivaban los golpes de Tita. Hasta que finalmente ella solo, se quedo dormida. Nunca sabremos si por el trabajo de los pastores, o lo que sea que estuviera haciendo Ester.

viernes, 21 de agosto de 2015

Madness Capítulo 5



Viernes, pasaje comprado y maleta…maleta medio hecha, sólo falta que Tita se levante. Teresa como todos los viernes salió desde temprano al mercado y a otras diligencias, y Carlos uno de sus hijos que pasaba por su casa se quedo allí a esperar a Teresa mientras reparaba el carro. La tolerancia de Carlos hacia la pereza de Tita no era mucha, así que cuando se hicieron las 10:30 am decidió ir a despertarla.

         Iba indignado, planeando gritarle para que se levantara a ayudar en la casa, sus pasos rápidos golpeando fuerte el piso, abre la puerta con fuerza y accidentalmente golpea algo con ella, pierde la rapidez con la que venía y se queda congelado. Tita esta en el piso, dando vueltas, con los músculos tensionados, las venas marcadas de un color oscuro por todo el cuerpo, murmurando palabras irreconocibles en lenguas muertas, ojos en blanco y de alguna manera indescriptible parece otra persona.

         Ella cambia sus ojos, ahora tienes las pupilas dilatadas.
         Él trata de sostenerla.
         Ella se libera.
         Él trata de rezar.
         El miedo no lo deja.
         Ella se levanta y trata de correr hacia la puerta.
         El la cierra a tiempo aunque se cae en el intento.
         Ella se enfurece y levanta la voz, o voces, ahora son dos las que salen de ella, una pide ayuda, la otra solo se sabe que esta molesta.
         El no sabe que hacer pero esta en su camino.
         Ella lo ataca.
         El responde empujándola hacia la cama, le cuesta pero logra derribarla y aprovecha la caída para escapar del cuarto.
         Ella golpea la puerta.
         El solo la sostiene, mientras llora dándole gracias a Dios porque la ventana tiene rejas y trata de recordar una oración.
         Diez minutos después… solo silencio.

         La mano temblorosa de Carlos abre la puerta mientras la otra le seca las lágrimas, consigue a la mima Tita que acababa de ver sentada en el borde de la cama con mirada perdida hacia la ventana. Ella voltea lentamente y mientras lo mira con una voz sumamente grave, que pareciera hacer eco o retumbar las barreras del sonido mientras habla pero con una gran tranquilidad como si disfrutara cada palabra, dice:
        
       YA NO ERES TAN HOMBRE VERDAD CARLITOS, TE ENCANTA SERLE INFIEL A TU ESPOSA, TE CREES MAS HOMBRE POR TENER MUCHAS MUJERES, TE BURLAS DE TU MUJER AUNQUE A PESAR DE TODO SIGUE CONTIGO. PERO POR MAS HOMBRE QUE TE CREAS, ACOSTARTE CON TANTAS MALNACIDAS NO TE SIRVIO DE NADA CUANDO ME VISTE.
       Ti..tita.
       ILUSO, NO, NO PUEDE ESCUCHARTE.
       Pee..pe..pero qué… quién
       ¿Tío Carlos? ¿Cuándo llegaste?

En cuestión de minutos ya toda la familia sabía lo que estaba pasando, y cada quien hacia algo. Gladis que estaba en el pueblo llego a casa de Teresa con un numeroso grupo de mujeres, la misma Teresa corrió a casa, mi hermana que estaba en la ciudad mas cercana al pueblo conducía hacia allá, mi madre no podía hacer mas que preocuparse, por mi parte hablaba con Elisa, una amiga con un poco mas de confianza con el párroco de la iglesia, para que me acompañara a hablar con y pensar una manera de traer a Tita a esta Ciudad con sacerdote que no fuera un borracho pervertido como el del pueblo de Teresa. La cita de Tita con la bruja tardaría un poco más de lo esperado, y por difícil que fuera, tocaba trabajar a distancia. Ester acudió a ella.