viernes, 21 de agosto de 2015

Madness Capítulo 5



Viernes, pasaje comprado y maleta…maleta medio hecha, sólo falta que Tita se levante. Teresa como todos los viernes salió desde temprano al mercado y a otras diligencias, y Carlos uno de sus hijos que pasaba por su casa se quedo allí a esperar a Teresa mientras reparaba el carro. La tolerancia de Carlos hacia la pereza de Tita no era mucha, así que cuando se hicieron las 10:30 am decidió ir a despertarla.

         Iba indignado, planeando gritarle para que se levantara a ayudar en la casa, sus pasos rápidos golpeando fuerte el piso, abre la puerta con fuerza y accidentalmente golpea algo con ella, pierde la rapidez con la que venía y se queda congelado. Tita esta en el piso, dando vueltas, con los músculos tensionados, las venas marcadas de un color oscuro por todo el cuerpo, murmurando palabras irreconocibles en lenguas muertas, ojos en blanco y de alguna manera indescriptible parece otra persona.

         Ella cambia sus ojos, ahora tienes las pupilas dilatadas.
         Él trata de sostenerla.
         Ella se libera.
         Él trata de rezar.
         El miedo no lo deja.
         Ella se levanta y trata de correr hacia la puerta.
         El la cierra a tiempo aunque se cae en el intento.
         Ella se enfurece y levanta la voz, o voces, ahora son dos las que salen de ella, una pide ayuda, la otra solo se sabe que esta molesta.
         El no sabe que hacer pero esta en su camino.
         Ella lo ataca.
         El responde empujándola hacia la cama, le cuesta pero logra derribarla y aprovecha la caída para escapar del cuarto.
         Ella golpea la puerta.
         El solo la sostiene, mientras llora dándole gracias a Dios porque la ventana tiene rejas y trata de recordar una oración.
         Diez minutos después… solo silencio.

         La mano temblorosa de Carlos abre la puerta mientras la otra le seca las lágrimas, consigue a la mima Tita que acababa de ver sentada en el borde de la cama con mirada perdida hacia la ventana. Ella voltea lentamente y mientras lo mira con una voz sumamente grave, que pareciera hacer eco o retumbar las barreras del sonido mientras habla pero con una gran tranquilidad como si disfrutara cada palabra, dice:
        
       YA NO ERES TAN HOMBRE VERDAD CARLITOS, TE ENCANTA SERLE INFIEL A TU ESPOSA, TE CREES MAS HOMBRE POR TENER MUCHAS MUJERES, TE BURLAS DE TU MUJER AUNQUE A PESAR DE TODO SIGUE CONTIGO. PERO POR MAS HOMBRE QUE TE CREAS, ACOSTARTE CON TANTAS MALNACIDAS NO TE SIRVIO DE NADA CUANDO ME VISTE.
       Ti..tita.
       ILUSO, NO, NO PUEDE ESCUCHARTE.
       Pee..pe..pero qué… quién
       ¿Tío Carlos? ¿Cuándo llegaste?

En cuestión de minutos ya toda la familia sabía lo que estaba pasando, y cada quien hacia algo. Gladis que estaba en el pueblo llego a casa de Teresa con un numeroso grupo de mujeres, la misma Teresa corrió a casa, mi hermana que estaba en la ciudad mas cercana al pueblo conducía hacia allá, mi madre no podía hacer mas que preocuparse, por mi parte hablaba con Elisa, una amiga con un poco mas de confianza con el párroco de la iglesia, para que me acompañara a hablar con y pensar una manera de traer a Tita a esta Ciudad con sacerdote que no fuera un borracho pervertido como el del pueblo de Teresa. La cita de Tita con la bruja tardaría un poco más de lo esperado, y por difícil que fuera, tocaba trabajar a distancia. Ester acudió a ella.

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