Desperté, desayune y me arregle para ir
a la iglesia, justo antes de salir de casa Gladis llegó con Tita, después de un
viaje en el que todos temíamos se lanzara del carro, pero no paso. Llegó con
una apariencia más somnolienta que de costumbre, caminando por pura inercia,
sin una voluntad definida.
Me fui, pasé por Elena, no fue difícil
conseguir la iglesia y la casa parroquial, esperamos un momento a que el padre
nos atendiera y después le contamos toda la situación, mientras el nos veía
inexpresivo, con la cara de quien ya ha pasado por la situación varias veces,
como si supiera que no había porque preocuparse. Nos pautó una cita. Para el
miércoles 3 p.m. , yo no quería aceptar eso, cinco días eran demasiado, pero no
podía hacer nada, la decisión era de él. Tendría que acostumbrarme a vivir con
el diablo por unos días. Que dulces sueños iba a tener.
De regreso le di las gracias a Elena por
acompañarme y la lleve a su casa, luego conduje lento mientras recorría las
calles que separaban mi hogar del de ella. Faltaba poco para llegar y American
Idiot comienza a sonar.
Era mi teléfono, Elena llamaba.
Ven a buscarme, Tita tiene un ataque,
necesitan agua bendita.
Doy vuelta lo más rápido que puedo y
acelero.
American Idiot otra vez.
Diana, hija de Gladis.
¿Dónde esta tu Biblia?
La adrenalina me hace recordar, de otra
manera no hubiese pasado.
En la repisa del lado izquierdo.
Caigo en un hueco.
Acelero más.
Casi choco.
Llego a casa de Elena.
Se sube y un momento después estamos en
casa.
Tita da vueltas en el piso mientras
grita.
¿Porque a mi señor? ¿mamá donde estas?
Algunos tratan de sostenerla.
Elena le hecha agua.
No pasa nada.
Alguien lee algún libro dela antiguo
testamento.
Tomo la biblia y la pongo en el nuevo
testamento (tal vez Jesús sea mas efectivo.
No funciona.
El agua se acaba.
Elena toma la biblia y la cambia a los
salmos.
Y… no pasa nada.
Pasaron horas mientras tratábamos de
sostenerla, y ella solo gritaba con una voz propia pero triste y desesperada,
“porqué a mi” “dónde esta mi mamá, esta muerta, qué le paso” “tengo mas poder
que ustedes” “les volare la cabeza…pum! Ya se las volé” “miren, es como el ojo
de una aguja” “Zion, es el león de Zion”. Orábamos, rezábamos, Ester
posiblemente seguía con la brujería, hice un rosario, nada pasaba ella seguía
en lo mismo. Solo dejo de gritar en dos momentos, en ambos yo estaba cantando
las canciones de la iglesia, ella solo me sostuvo la mirada, como llena de ira,
giro su cabeza un poco, me dejó de ver y siguió gritando.
Nada de lo que hacíamos funcionaba, era
simplemente inútil, Elena llamó al padre, en vista de la desesperación adelanto
nuestra cita, Sábado 3 p.m., sólo ahora entiendo el porque de esa hora, Jesús resucitó.
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