jueves, 10 de septiembre de 2015

Madness Capítulo 9



¿Has escuchado alguna vez que los animales son hipersensibles a estas cosas? Pues parecía ser cierto, mi perro, normalmente muy alegre, parecía sentirse mal, no ladraba, no comía, se mantuvo lo mas lejos de nosotros, solo tirado en el piso, con una mirada de enfermo, de moribundo; él no era el único, el pequeño perico australiano en un principio volaba descontrolado, pero horas después solo se quedó parado en la parte inferior de la jaula sin beber ni comer en todo el día.

Hora de irse, la subimos al carro como pudimos, Julie y Elena con ella en el puesto de atrás, Natalia, hermana de Tita en el puesto de adelante y yo en el del conductor. Darte cuenta de que vas a manejar con una poseída en el asiento trasero no tiene precio, pero la adrenalina corre y no te da tiempo de tener miedo. Antes de partir escuche decir a uno de mis tíos que el no iría, no podía, no serviría de nada porque el “no cree en el diablo”, en momentos así te das cuenta de la verdad en la trillada frase de “la mejor jugada del diablo fue hacerle creer a todos que no existía”, simplemente estas mas vulnerable.

De camino a la casa parroquial íbamos rezando, mientras Tita, ella, ella nos acompañaba, rezaba como loca, gritaba, lo hacía mas rápido que nosotros, se reía, se burlaba de nosotros, de vez en cuando volvía a decir lo que gritaba en casa, estaba simplemente histérica.

       Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino— decíamos al unísono.
       Padrenuestroquestasenelcielosantificadoseatunombrevenganosotrostureino— decía ella al mismo tiempo, a lo largo de toda la oración. Hacía que nos perdiéramos. Julie le gritó.
       ¡Coño cállate que haces que me pierda coño de tu madre!— admitámoslo a todos nos dio risa, pero a Tita mas.
       JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA ¡Mas rápido!¡Mas rápido!
       ¡Ya! ¡Se acabó el chiste!— le dijo Elena.
       ¡Recen más rápido! Les demostrare que tengo mas poder que ustedes. ¡Háganlo mas rápido! —Elena trato de callarla cubriéndole la boca y gritándole mientras nosotros seguíamos rezando, era inútil.

Después de muchos padre nuestro hubo un momento de silencio en el auto y Tita comenzó a llorar mientras decía:

       Yo era una niña, solo era una niña pobre, ni siquiera tenía una Biblia, pero en dos días los hice creer, solo en dos días los hice creer.

Después de eso el desastre volvió al carro, gritos y rezos, llantos y oraciones, hasta que ella solo decía “mejor me cayo”… pero nunca lo hizo. Llegamos a la casa parroquial y ella aun lo repetía.

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